Romería del Rocío en Almonte
- Fecha de Inicio:
- Fecha Fin:
- Dirección:
- Interés de la fiesta:
Romería del Rocío en Almonte
La Romería del Rocío en Almonte es una de las celebraciones más emblemáticas y conmovedoras de España, donde la fe, la tradición y la alegría se entrelazan en un evento de gran magnitud. Cada año, durante el fin de semana del Domingo de Pentecostés, miles de peregrinos se congregan en la aldea de El Rocío, en la provincia de Huelva, para rendir homenaje a la Virgen del Rocío, también conocida como la «Blanca Paloma».
Orígenes y Significado de la Romería
Además, la Romería del Rocío es una tradición que se remonta a siglos atrás, celebrando el descenso del Espíritu Santo y marcando el inicio de la actividad de la Iglesia. La Ermita de El Rocío, hogar de la venerada imagen de la Virgen, se convierte en el corazón pulsante de la festividad, acogiendo a devotos de todas partes.
Almonte: Un Punto de Encuentro para la Fe
Por otro lado, durante la Romería, Almonte experimenta una transformación extraordinaria, pasando de ser una localidad tranquila a convertirse en un bullicioso punto de encuentro espiritual. Con una población que ronda los 22.000 habitantes, Almonte ve multiplicarse su número hasta alcanzar cifras que la situarían como la tercera ciudad de España en términos de afluencia, todo gracias al fervor de los peregrinos.
Peregrinación: Un Viaje de Devoción
Asimismo, El Rocío no solo atrae a los habitantes de Almonte, sino también a cientos de hermandades de las provincias cercanas como Cádiz, Huelva y Sevilla. Los peregrinos emprenden un viaje lleno de devoción, atravesando a pie o en barca las marismas del delta del Guadalquivir, superando obstáculos naturales para llegar a la aldea del Rocío, ubicada en el límite del Parque Natural de Doñana.
La Procesión: Un Espectáculo de Fe
Finalmente, el clímax de la Romería se vive con la procesión de la Virgen, cuando los porteadores, al grito de «¡Que viva la Blanca Paloma!», avanzan entre la multitud de admiradores. La emoción del momento es palpable, y la espera de los fieles se ve recompensada con las primeras luces del alba, cuando la imagen de la Virgen recorre las calles en un acto de profunda veneración.